TALLER DE HABILIDADES PARA PADRES Y MADRES







Algunos procedimientos para lograr cambios de conducta en los niños:

-     Instrucciones.
-     Refuerzo de conductas positivas.
-     Programas de fichas.
-     Retirada de atención.
-     Tiempo fuera.
-     El castigo.



Cómo dar instrucciones, órdenes o peticiones.


-    Las instrucciones deben se claras.
-   Deben ser comprensibles para los niños y expresadas en un lenguaje adecuado y conocido por ellos.
-    Deben ser cortas.
-    Deben darse de una en una.
-    Conviene situarse frente al niño y mantener contacto visual.
-      No deben ir acompañadas de contacto físico instigador.



Refuerzo de las conductas positivas


         Hemos visto que si la conducta del niño va seguida de un premio o recompensa (refuerzo) el niño  la repetirá con más frecuencia en el futuro. Cuanto más se premie o se refuerce una conducta o respuesta, más probable es que dicha conducta se repita en lo sucesivo. Por el contrario, si una conducta se deja de reforzar, ésta se irá progresivamente debilitando e incluso llegará a desaparecer.

         Para aplicar correctamente el refuerzo positivo hay que tener en cuenta los siguientes requisitos:

1.     Se debe tener muy claro la conducta que se quiere reforzar. Por ejemplo: ayudar a poner la mesa o recoger sus juguetes.
2.    Concretar un acuerdo con el niño planteando las conductas a conseguir y las recompensas que obtendrán.
3.    No recompensar antes de la realización de una acción sino después de haberla realizado.
4.    Debe aplicarse el refuerzo o recompensa inmediatamente después de que el niño haya puesto en práctica la conducta deseada.
5.    Se pueden utilizar diferentes tipos de reforzadores:
-       Materiales: un juguete, una chuche.
-       Sociales: elogios, abrazos.
-       De actividad: ir juntos al cine, salir al parque.
Junto a cualquiera de ellos deben utilizarse la atención, las alabanzas, las caricias…
6.    Se puede cambiar el tipo de refuerzo a fin de que el niño no se habitúe a recibir siempre el mismo.


Programa de fichas

        Este procedimiento consiste en un programa en el que el niño puede ganar por medio de la realización de la conducta deseada, una serie de puntos o fichas (pegatinas, gomets) que harán las veces de refuerzos y que más tarde podrá canjear por refuerzos más tangibles como juguetes, la realización de ciertas actividades o algo que le agrade especialmente al niño, como ir al cine, por ejemplo.
        En este procedimiento los padres han de ponerse de acuerdo previamente con el niño a fin de fijar  con él el valor que han de tener las fichas, así como la manera de lograrlas. El niño debe comprender exactamente las reglas del juego y, una vez fijadas éstas, no deben ser variadas arbitrariamente por parte de los padres.
        Las reglas de funcionamiento deben quedar muy claras antes de que comience el programa:
-      Tener muy claro cuál es la conducta que se quiere fomentar en el niño y expresarla de forma sencilla.
-      Explicarle al niño o niña con claridad en qué ocasiones obtendrá ficha o puntos o pegatina.
-      Acordar que número de puntos o fichas necesita para canjearlos por un premio.
-      Elegir un premio que sea atractivo para el niño o niña.


Retirar la atención


         Un procedimiento muy eficaz para reducir o eliminar problemas cotidianos de comportamiento de los niños es ignorar la conducta. Es decir, eliminar la atención de esa conducta provocativa. Si se es constante en la puesta en marcha de este procedimiento, el niño acabará dándose cuenta de que actuando de este modo ya no obtiene la recompensa de la atención, por lo que es esperable que de forma gradual deje de emitir esa conducta.

         A la hora de poner en marcha la retirada de atención conviene:
1.     Evitar mantener contacto ocular con el niño. Para ello puede ser útil volverse de espaldas o incluso salir de la habitación donde está el niño.
2.    No mantener ningún contacto verbal con él: No decir nada, ni reprochar, ni sermonear, ni explicar,etc.  Éstas también son formas de prestar atención.
3.    No mantener contacto físico y si él se acerca alejarse sin decir nada.
4.    Es importante comenzar a ignorar al niño tan pronto como la conducta comienza u dejar de hacerlo cuando la conducta inadecuada termine.
5.    Es esperable que en los primeros momentos de puesta en práctica de este procedimiento se produzca un agravamiento de la conducta.
6.    Este procedimiento requiere paciencia, esfuerzo y perseverancia por parte de la persona que lo lleva a cabo.
7.  Este procedimiento no debe ser empleado en aquellas conductas que puedan suponer un daño para el propio niño o para los otros.


Tiempo fuera

Cuando el niño comienza a pelearse con sus hermanos, se muestra agresivo o llorón, se le puede mandar solo a su habitación o a un rincón, sin entrar en ningún tipo de discusión con el niño sobre la medida tomada. Si hacemos esto, estaremos utilizando el tiempo fuera.      El procedimiento consiste en retirar o aislar al niño del lugar en el que está teniendo la conducta inadecuada impidiendo así que la conducta sea reforzada.

            Para que este procedimiento sea eficaz es necesario tener en cuenta las siguientes reglas:
1.     El lugar al que se traslade al niño no debe ser amenazante pero sí aislado y aburrido.
2.    El traslado se debe hacer inmediatamente después de que ocurra la conducta inadecuada con calma y firmeza pero sin gritos ni agresiones.
3.    Conviene explicar de forma clara las condiciones de aislamiento. Por ejemplo si has decidido sentar a tu hijo en un rincón de la cocina mirando a la pared cada vez que interrumpe cuando hablas con un invitado, debes dirigirlo a la silla y decirle: “Dado que sigues gritando mientras yo estoy hablando con otra persona, permanecerás aquí sentado hasta que yo diga”.
4.    No discutas ni razones con el niño mientras lo coges para llevarlo al tiempo fuera. Ignora completamente  sus posibles protestas o promesas de portarse bien.
5.    La duración del tiempo fuera debe ser breve. Algunos autores recomiendan un minuto por año del niño.
6.    Una vez terminado el tiempo de aislamiento haz que vuelva a la actividad anterior. Si cuando vamos a buscarlo está realizando comportamientos inadecuados (llorar, gritar, romper objetos, etc) entonces no debe sacársele de allí hasta que no esté un tiempo, por ejemplo 15 segundos, comportándose correctamente. Si ha ocasionado destrozos o desorden deberá arreglarlo.


El castigo


El castigo es un método eficaz a la hora de eliminar una conducta. Sin embargo, debe ser utilizado como último recurso, cuando los otros procedimientos han fracasado o en conductas muy inadecuadas o peligrosas que necesitamos eliminar de manera inmediata, dado que puede producir importantes efectos negativos.

Efectos negativos del castigo:

1.     Puede ocasionar daños físicos.
2.    A través del castigo se enseña al niño lo que no debe hacerse pero no se le indica cuál es la conducta positiva que se espera de él.
3.    El castigo proporciona al niño un modelo de conducta agresiva.
4.    El niño puede sacar la conclusión de que no es hábil, de que es un desastre, de que no vale para nada.
5.    El castigo provoca reacciones negativas del niño hacia la persona que lo aplica (padres, maestros, etc)

En aquellos casos en que nos veamos obligados a utilizarlo conviene tener en cuenta las siguientes consideraciones:

1.     Para que el castigo sea eficaz es necesario que se aplique de forma inmediata para que el niño pueda establecer una relación directa entre la conducta y su consecuencia.
2.    Debe aplicarse todas y cada una de las veces en que aparece la conducta inadecuada.
    3.    Es imprescindible combinar el castigo con el reforzamiento de conductas adecuadas.

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